De todos los viajes a emprender siempre habrá uno pendiente a cumplir para la mayoria, es el viaje al absurdo. Un viaje no siempre proyectado, que pasa bastante inadvertido entre tantos viajes que se proyectan en nuestra mente. Y es allí, en el territorio del absurdo, donde nos conduce de manera magistral Janet con su obra Cuentos para los aburridos. Y lo mejor es que lo hace de manera disimulada, como no queriendo rompernos esquemas, y al tiempo rompiéndolos en mil pedazos. En Cuentos para los aburridos Janet nos ofrece una mezcla sublime de horror y humor a tiempos compartidos, ambos perfectamente compaginados, ambos complices de un mismo objetivo: hacernos pensar en lo surreal, en lo absurdo, en lo imposible. Digna continuadora sin ella pretenderlo, sin ella planificarlo, sin ella ni tan siquiera pensarlo, de Frank Kafka y sus cuentos surrealistas. Narrada con un ritmo trepidante, sin solución de continuidad, como quierendo que pensemos en su obra una vez leida y no antes. Obra turbadora y transgresora, plagada de genialidades en los finales de cada cuento. Y lo curioso, seguramente aunque le pese a Janet, es que es una obra tan especial y distinta que difícilmente puede ser llevada al cine. Como tampoco fue posible llevar al cine de manera digna las obras de Kafka, aunque se intentara con la película El Castillo, la única película que he podido ver que no tiene final, sencillamente porque el libro de Kafka tampoco lo tenía. Antonio Díaz Cayuela